Fundamentalistas y extremistas

En todos los órdenes de la vida nos encontramos con personas que son fundamentalistas, extremistas, fanáticas y dogmáticas.

Su mundo es estático y fijo. Todo es blanco o negro.

No existe la posibilidad de cambio, evolución o maduración. No existen los grises.

Desde su perspectiva, todos los que piensan distinto están total y fatalmente equivocados.

Y el mundo de la diabetes no es la excepción. Se suma también “el saber popular” que alimenta y sostiene mitos y leyendas que son considerados verdades absolutas por quienes adoptan este tipo de posturas.

Pero estas posturas extremas en muchas ocasiones son el resultado de la ignorancia.

A veces una opinión o idea se basa en la lectura superficial, o simplemente en el título, de un único artículo de una revista que lleva años en la peluquería…

Otras veces surge de una entrevista en televisión que se escuchó a medias, pero “lo dijeron en la tele”…

Y lamentablemente a veces la fuente de la información inexacta es el propio médico. Y esto puede suceder en forma inadvertida, pero muchas veces es el resultado de la propia ignorancia (acompañada de soberbia).

El producto de todo esto es que la gran mayoría de las personas con diabetes en realidad saben poco de la diabetes, entienden poco de lo que el médico escuetamente explica, y cumplen con su tratamiento con poca efectividad.

Proclaman a gritos: ¡Nada de pan! Y lo reemplazan con galletitas… ¡Nada de harinas! Y usan harina de arroz… ¡Nada blanco! ¡Mucha agua! Y tantas otras afirmaciones categóricas que en realidad suelen ser medias verdades…

De poco sirve tratar de explicar ciertos conceptos a un fundamentalista o extremista simplemente porque son incapaces de reconocer que la fuente de su información puede estar equivocada o desactualizada… o que ellos han tomado una parte de lo que han leído o que el médico les ha dicho y lo han convertido en el todo sin cuestionar o verificar…