En Dulce Montón: DED Argentina 2019

Segunda edición en Argentina, con muchos aprendizajes incorporados y con nuevos desafíos… ¡para todos!

Este año mis expectativas eran otras. Este año no iba como simple oyente buscando desvirtualizar a los amigos de las redes. Muchos de estos amigos ya habían cruzado esa frontera y chatéabamos por WhatsApp y nos juntábamos a tomar un café siempre que se presentaba la oportunidad.

Este año dos amigas “de carne y hueso” subían al escenario. Dos amigas con las que he compartido y comparto mucho más que la diabetes. Dos amigas que parecen muy distintas entre sí y que sin embargo comparten una misma esencia: Flo Sosa  y Pilar Martinez Gimeno, una me enseña cómo mirar y la otra cómo hacer, aunque no en forma exclusiva y no necesariamente en ese orden.

Porque la diabetes tiene algunas cualidades que a veces pasamos por alto. Solemos decir que es una enfermedad “de porquería” (que puede reemplazarse por diversos y variados epítetos según nuestro estado emocional ese día), pero nos regala amigos maravillosos. También nos abre un mundo poblado con seres especiales con los que podría decirse que sólo compartimos la diabetes, pero es simplemente lo que nos lleva a todos al mismo lugar y nos ofrece la oportunidad de compartir y hacernos amigos de personas con las que de otro modo tal vez nunca nos hubiéramos cruzado en la vida porque a primera vista no parece que tengamos mucho en común.

Con los amigos en las redes se suelen compartir pequeños trocitos de nuestras vidas. El encuentro real y el compartir un desayuno, almuerzo o cena nos permite un mayor acercamiento y encontrar y valorar a la persona detrás de la diabetes. Y este año no fue la excepción.

Siempre admiro a esas personas que disfrutan del deporte, cualquiera sea su forma. Y entre los amigos de las redes, Virginia es una que encontró en el ciclismo la forma de reconectar con distintos aspectos de su vida, de poner en perspectiva ese torbellino que acompaña al diagnóstico, encontró su refugio… Y su vitalidad empuja a ponerse en movimiento… ¡Ya!

Andrea hace repensar y poner en perspectiva tanta queja que escuchamos todo el tiempo. Con 5 hijos y dos de ellos con diabetes y celiaquía (combo que también comparte Virginia), ella también podría haberse sentado a lamentarse, pero las madres, en su rol de tales, hacen lo que sea necesario, sin importar los medios, para sacar adelante a sus pollitos y si todos los chicos tuvieran mamás como Andrea, muy distinto sería nuestro mundo.

Y ni qué decir del revuelo de tener entre los presentes a uno de los protagonistas del rock nacional como JC Barbieri, baterista de los Redonditos de Ricota. Su historia con la diabetes y su doble relación con Pepe en su faceta de amigos y el Dr. Costa Gil en la de médico-paciente también nos hace pensar en la importancia de poder reconocer el verdadero valor de algunas cosas.

En los últimos años, esta vida con diabetes se me ha ido llenando de ídolos y héroes: personas que admiro profundamente quizás no tanto por la forma en que llevan su diabetes (que no es un detalle menor) sino porque su aporte a esta pequeña gran comunidad es invaluable y más que valioso. Iñaki Lorente es uno de estos ídolos, uno de estos personajes que se me antojan un poco de ficción y que sin embargo son tan de carne y hueso como cualquiera. Y este año tuvimos el gran privilegio de contarlo entre los ponentes del DED. ¡Y en mi cocina tomando mate con Pilar y mi marido!

 

Fue también una oportunidad de compartir otros espacios con profesionales sanitarios y encontrarnos “a mitad de camino”, cada uno con su visión propia de algunos temas y con su aporte a la visión de los otros. Me encontraba y reencontraba con un nutrido grupo de médicos de los que siempre estoy aprendiendo aspectos técnicos de la gestión de la diabetes y que con su visión un poco más imparcial del quehacer cotidiano de esta enfermedad logran abrir ventanas de todos los tamaños y formas: ventiluces, ojos de buey, banderolas, rebatibles y algún que otro ventanal que deja entrar toda la luz y aire que estábamos buscando…

En esta edición tuvimos “figuras” y profesionales de la salud que nos mostraron otra cara de su profesión y de la diabetes: que nosotros logremos gestionarla lo mejor posible depende en gran medida de su acompañamiento y guía, pero ellos tampoco pueden hacer su trabajo, por más vocación que tengan, si nosotros no nos comprometemos y hacemos nuestra parte. ¡Lograr llegar a buen puerto con nuestra diabetes es un trabajo en equipo!

El viernes fue un día dedicado a ensayos y preparativos, nervios a flor de piel para muchos, comprobaciones técnicas de audio y sonido, primera vez arriba de un escenario para algunos y otros ya veteranos en estas lides, todos abriendo sus corazones y compartiendo sus vivencias, todos mostrando que con diabetes se puede. Que la diabetes no obliga a llevar adelante hechos heroicos o marca la imperiosa necesidad de destacarse en el mundo deportivo de alta competición o descubrir la fórmula de la fusión en frío… Todos son héroes en sus propios universos, poniendo el cuerpo todos los días y mostrando que “se puede”.

Este año también se sumó la idea de un espacio “no convencional” para emprendedores locales “por y para personas con diabetes”, y agradecemos infinitamente la oportunidad de visibilizar también otros aspectos de la diabetes: así como tratamos de ser positivos y ayudar a que otros encuentren buenos caminos para transitar esta enfermedad, el pequeño aporte de los pequeños emprendedores locales para hacer un poco más llevadero y agradable este transitar con todos los accesorios que obligadamente tenemos que usar y llevar con nosotros a todos lados es un pequeño granito de arena para aliviar o distraer un poco la carga emocional de la diabetes.

Maravilloso volver a ver a tantos que había podido conocer en persona el año anterior. Poder intercambiar algo más que un saludo con tantos otros. Y todo lo que quedó por compartir y conversar porque el tiempo siempre se hace corto.

El tiempo no alcanza. Nunca alcanza.

Pero como dice Nancy:

Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas podemos cambiar el mundo… al menos nuestro mundo…

Gracias Nancy y Daniel

Gracias Ángel y Miriam

Gracias Flo por las fotos!!!

Evento completo

 

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