Cómo comer papas… y no morir en el intento

Las papas deben ser una de las primeras cosas que aparecen en la lista de los “no” que nos da el médico cuando nos diagnostican diabetes.

Fritas, al horno, hervidas, en puré, en ensalada, en tortilla… ¿A quién no le gustan las papas en alguna de sus tantas presentaciones?

Muchas veces tratamos en vano de reducir la porción y terminamos con algo que parece una muestra o el adorno del plato… y nos quedamos con ganas y eventualmente claudicamos sirviéndonos un poquito más (y obviamente pagando con una glucemia más alta de lo que debería ser).

Lo que el médico o la nutricionista pocas veces nos explican es que hay una forma de comer una porción de papas un poco más a nuestro gusto, aunque sólo funciona con algunas de las “presentaciones”: retrogradación.

¿Suena complicado? ¿Difícil? Puede parecerlo, pero en realidad no lo es…

Es un proceso que modifica la estructura de la papa y la transforma en algo que se conoce como “almidón resistente”.

¿Se necesita tener un laboratorio para lograrlo? ¡No! ¡Todos lo podemos hacer en la cocina de nuestra casa!

En realidad es muy sencillo y lo único que necesitamos es un poco de planificación. Sin entrar en detalles técnicos, esto se logra cocinando las papas y después enfriándolas por completo.

Si lo que vamos a hacer es ensalada de papas, lo mejor es dejarlas en la heladera varias horas (o toda la noche) antes de consumirlas.

Volver a calentar las papas no modifica el resultado y es ideal si las vamos a usar para hacer pastel de papa o tortilla, por ejemplo.

Los estudios científicos muestran que como resultado de este proceso el aumento en el nivel de glucemia se reduce hasta un 50%. ¿Qué quiere decir esto? Que si normalmente comemos una porción, cuando hacemos esto podemos comer hasta una porción y media con el mismo resultado (si comemos 2 porciones podemos comer hasta 3, etc.).

Todo esto además tiene un bonus: el efecto “engordante” también se reduce significativamente y podemos seguir disfrutando (sin exagerar por supuesto) una porción razonable de papas sin que afecte tanto nuestros niveles de glucemia.

Y lo mejor de todo es que también se aplica a otros alimentos ricos en almidón como el arroz y las pastas. Todo lo que tenemos que hacer es cocinarlos el día anterior y guardarlos en la heladera. ¡Aleluya!

4 comentarios en “Cómo comer papas… y no morir en el intento”

  1. Hola, te quiero hacer una consulta, hay varias comidad que hacer principalmente los europeso, que son con para rallada finita. cuando la papa esta en ese estado, larga muchisimo almidon, el cual se puede descartar facilmente, queria saber si tienen informacion del tema y si la papa rallada y escurrida es apta para un diabetico

    1. La papa, igual que la mayoría de los alimentos, aumenta su índice glucémico (se absorbe más rápido) cuanto más cocida, cuanto más pequeña, cuanto más «procesada» se encuentre. No existen alimentos aptos o no aptos para personas con diabetes ya que podemos comer de todo, pero contando: es importante tener en cuenta el tipo de alimento y la cantidad que consumimos para mantener nuestros valores en rango…

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