Septiembre: mes de controles médicos

¡Llegó a primavera! La tradición marca que hay que hacer limpieza a fondo, ventilar la casa, empezar a prepararse para el verano…

En el hemisferio sur el verano llega acompañado por las fiestas de fin de año y las vacaciones para la gran mayoría. Y aunque uno no se tome vacaciones en esta época, el ritmo de la ciudad se desacelera y se entra en un período de aletargamiento general: lo que no es imprescindible y/o urgente y no se hizo antes del 20 de diciembre suele pasar automáticamente a marzo…

Llega la primavera y nos puede agarrar el apuro: ¡que no termine el año sin haber hecho todos los controles médicos de ley!

Este año mi lista fue un poco más larga que de costumbre…

Dentista: en agosto había hecho el control anual “de rigor”, pero una muela partida agregó a la rutina varias sesiones que no había previsto.

Ginecólogo: las mujeres sumamos este control anual adicional, que en realidad suelen ser dos consultas con los turnos de los estudios complementarios (papanicolau, ecografía, mamografía, densitometría) en el medio, y puede tomar casi un mes o un poco más completar la rutina. Pero el año pasado mi médico me autorizó a estirar la frecuencia y a hacerlo cada 18 meses y como lo solía hacer en otoño, este año tocó en primavera… ¡y el año que viene no me toca! ¡Yupiii!

El endocrinólogo no cuenta porque esa consulta es mensual, o casi…

Y la oftalmóloga: otro de los controles que tengo incorporados en mi rutina casi desde siempre, aunque más no fuera para actualizar la receta de anteojos o lentes de contacto… Después de corregir la miopía con cirugía hace ya 12 o 13 años, el recreo fue corto porque pronto empecé a necesitar ayuda con la lectura… Y con la diabetes es un control imprescindible para evitar posibles complicaciones ya que en su gran mayoría son tratables si se detectan a tiempo: visión de lejos, visión de cerca, presión ocular y fondo de ojo….

¿Cómo se organizan ustedes?