Remedios caseros

No deja de asombrarme la infinidad de yuyos, hierbas y pócimas que se promueven en los medios y redes sociales para el tratamiento de la diabetes. Algunas sugerencias parecen pertenecer al mundo del realismo mágico y otras directamente son irrisorias. La lista es interminable, pero sólo un puñado tiene fundamento científico.

Desde la antigüedad se ha recurrido a las hierbas y productos medicinales naturales, construyendo a lo largo de la historia los fundamentos de la medicina moderna. Las grandes casas de la Edad Media tenían una parte del jardín reservada para el cultivo de hierbas medicinales y la educación de las mujeres incluía todos los conocimientos básicos sobre su cultivo y almacenamiento. El uso y aplicación de estos conocimientos transmitidos de madres a hijas fue también utilizado en ocasiones para justificar acusaciones de brujería ya que junto con los conocimientos de sus propiedades medicinales también se contaba con conocimientos sobre efectos adversos de grandes o pequeñas dosis de algunos y la posibilidad de usarlos con otros propósitos.

La medicina y farmacología modernas encuentran la raíz de muchos de sus actuales desarrollos en estos conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación. Y a esto se le ha sumado el conocimiento de las dosis precisas que producen los efectos buscados, pudiendo establecer las cantidades y concentraciones que son más efectivas para tratar determinadas condiciones o enfermedades. Obviamente queda mucho camino por recorrer y constantemente se desarrollan nuevas y mejores versiones de los medicamentos que todos conocemos.

En comparación, la ciencia de los remedios caseros ha evolucionado poco y nada, y a veces las personas depositan toda su fe en estos productos y descuidan el tratamiento convencional indicado por su médico. La medicación indicada por el médico se basa en dosis calculadas o establecidas para el tratamiento específico de una persona en función de las condiciones que presenta, pero los remedios caseros se utilizan en forma indiscriminada sin saber realmente si la “dosis” es la adecuada (por mucho o por poco) y sin tener en cuenta posibles efectos adversos de una sobredosis, lo que es perfectamente posible.

Un “remedio” muy conocido para la diabetes tipo 2, aunque no ha demostrado efecto positivo alguno para la diabetes tipo 1, es la canela. Los estudios científicos que se han realizado son contradictorios en sus resultados, pero en líneas generales indican que efectivamente puede ser de gran ayuda para controlar los niveles de glucemia. Pero para ser efectiva se necesita determinada dosis mínima (y máxima ya que también puede tener efectos adversos para algunas personas en ciertas situaciones) y una clase especifica de canela…

“Los investigadores concluyen que los potenciales efectos metabólicos beneficiosos de la canela resultan discutibles y que esto puede deberse a varias razones. En primer lugar, una posibilidad puede ser el tipo de canela utilizado. Existen varias especies diferentes de esta especia disponibles comercialmente, pueden diferir en sus propiedades y en los efectos ejercidos. Además, la composición química del mismo tipo de canela puede verse afectada sobre la base de la geografía y la preparación…”

1 comentario en “Remedios caseros”

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