Ideal versus Realidad

Recibo las instrucciones y me preparo para seguir el plan de comidas, respetando tipos, cantidades y horarios.

Lo mismo con las dosis de insulina y el horario fijo de la insulina basal.

Mi marido trae helado para el postre: “¿No vas a comer un poco?” Lo miro como si hubiera bajado de un plato volador y me limito a contestar: “Definitivamente no.”

¡Otra vez se me pasó el horario de la basal! ¡La pu…!

Mi hermano sugiere programar una alarma en el celular y aprendo a usarla. (Hasta ese momento el celular para mí era simplemente un medio de comunicación, pero poco a poco, y a medida que estos dispositivos van evolucionando, se va convirtiendo en un asistente personal.)

Nos invitan a un cumpleaños: asado. Dudo que recuerden que soy vegetariana pero espero que haya ensaladas… Nos sentamos a la mesa y hay ensalada, una: ¡papa y huevo! ¡Paciencia! Me sirvo un poco y me resigno. Para el postre sirven… helado. No aguanto más. Tengo hambre y pregunto si es posible alguna fruta si no es mucha molestia. Termino comiendo una manzana y explicando que no, no estoy a dieta, pero no puedo comer helado porque soy diabética.

¡Tiene que haber otra forma! He leído que la dosis de insulina se calcula en base a la ingesta, que las personas con diabetes pueden salir a comer afuera, comer (aunque sea parte de) lo que se les sirve en un cumpleaños y otros festejos sin que ello sea un problema…

El mundo real no tiene que estar peleado con nuestra realidad… Pero ¿cómo se hace?

 

3 comentarios en “Ideal versus Realidad”

    1. Marcia, lo mejor es tomarlo con calma. Un pasito a la vez, siempre hacia adelante y con seguridad. De a poco lo vamos logrando y, aunque no es fácil, también encontramos cosas positivas, gente que nos ayuda y un estilo de vida más saludable!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio