Esta es tal vez la forma correcta y formal de decirle al manejo de la basura: gestión de residuos.
Pero… ¿somos realmente conscientes de nuestro impacto individual y colectivo?
Las personas con diabetes somos productoras naturales de un volumen considerable de basura en forma regular y constante: lapiceras, jeringas, viales y frascos de insulina, agujas y lancetas, tiras reactivas para medir glucosa y cetonas en sangre, las cajas en las que se entregan las lapiceras, frascos y viales de insulina, las bolsas plásticas o cajas de agujas y lancetas, los envoltorios individuales o frascos de tiras reactivas y sus respectivas cajas.
Y si además usamos bomba de insulina y sensores, este volumen se multiplica:
Insumos cada 6 días:
Lo que se descarta cada 6 días:
En un mes…
En un año…
Una parte del plástico y del papel se puede descartar con el resto del plástico y papel que separamos en casa para ser reciclado, pero siempre parece poco.
Hay mucho que no podemos o no sabemos reciclar. Las agujas y lancetas usadas deberían ser descartadas de modo seguro, junto con las agujas que son parte del sistema de inserción de sensores y sets de infusión: 7 en cada ciclo, 35 por mes, 420 en un año. No solemos recibir instrucciones o información específica para descartar las distintas agujas en forma segura, y son pocos los lugares que tienen un sistema establecido para que los pacientes o usuarios podamos hacerlo a través de los hospitales y otros centros sanitarios. Improvisamos, investigamos, preguntamos por nuestra cuenta y aprendemos sobre la marcha.
Otros elementos que también deberían ser desechados en forma segura son los que han estado “insertados” en nuestro cuerpo y posiblemente en contacto con sangre como sets de infusión y sensores, sumado a una infinidad de tiras reactivas usadas. Pero esto tampoco es sencillo…
Los fabricantes realizan algunos esfuerzos para reducir la cantidad de basura reduciendo, por ejemplo, el tamaño de los empaques, pero se dan de bruces con la obligación de cumplir normas de seguridad que garanticen protección adecuada de los insumos para que lleguen al consumidor en condiciones óptimas que aseguren su integridad y eficacia. ¡Jaque mate!
Otras normas establecen la necesidad de incluir el prospecto o instrucciones de uso o el manual del usuario (que nadie lee después del segundo mes) en todas las cajas de sensores, sets de infusión, tiras reactivas, insulina, etc. Tal vez se podría pensar en la posibilidad de distribuir empaques iniciales “con” instrucciones para nuevos usuarios y “sin” instrucciones para los demás, ¡pero seguramente sería una monstruosa pesadilla de logística!
Y en muchos lugares también sigue pendiente de resolver la forma adecuada de desechar las pilas que usamos en la bomba y el cargador del transmisor y las baterías del glucómetro…
has escrito un post genial. pero ¿donde hay que tirar cada cosa?
Buena pregunta! Papel y plástico se reciclan relativamente fácil si en nuestra ciudad contamos con centros de reciclado. Las agujas se descartan siguiendo las normas locales (hay países en los que se facilita un bote especial, pero en otros es algo que no se tiene en cuenta). Pero tendremos que seguir pidiendo a la industria tratar de reducir la generación de residuos, y a los hospitales o gobiernos locales que implementen sistemas y procesos para el desecho correcto y seguro de toda esta basura que generamos… Es triste, pero es una de las tantas cosas en las que todavía hay que trabajar.
Hola. ALguien sabe si hay hospitales o algun otro lugar que reciba estos residuos?
En Buenos Aires he preguntado y me miran como si hubiera bajado de un plato volador… Hay países en los cuales se facilita a los pacientes un contenedor para los cortopunzantes, pero siempre depende de cada localidad y cada legislación individual.