Uno lee acerca del entrenamiento de distintos atletas en preparación para los juegos olímpicos o la maratón de Nueva York, por ejemplo, y lo asociamos con muchas horas de intensa actividad física, un tipo específico de alimentación y bastante sacrificio…
Cuando en casa digo que salgo a “entrenar” siento que estoy exagerando o que estoy presumiendo de algo que no es cierto… ¡Es una palabra que me queda enooooorme!
Lo que yo hago es caminar y caminar, sumando unos cuantos kilómetros más cada semana, lo cual no es un logro menor para alguien que siempre detestó la actividad física, pero entrenar… eso implica mucho más esfuerzo físico.
En todos estos años con diabetes he tratado de cumplir con el requisito de “actividad física” lo mejor posible y he sido bastante regular y constante la mayor parte del tiempo. Pero igual que un estudiante que aprende lo justo y necesario para aprobar un examen, yo siempre he cumplido con lo justo y necesario (en lo que hace a la actividad física) para mantener la diabetes a raya.
Este año el Camino de Santiago ha representado una motivación adicional y a pocas semanas de emprender el desafío, estoy entrenando casi 3 veces más tiempo que hasta hace unos meses… pero me aburro.
Encontrar la forma de romper la monotonía del recorrido repetido en forma sistemática me cuesta. Hago el circuito en un sentido y después en el otro, zigzagueando cuando se puede, cambiando la música… Pero eso no quita que son siempre las mismas ventanas y balcones, los mismos árboles y hasta la misma gente…
Otro desafío ha sido encontrar la forma de practicar la caminata en subidas y bajada… Y a veces la solución puede estar frente a nuestras narices y tardamos en verla ya que a pocas cuadras de casa hay una plaza, o parque dirían algunos, que cumple con algunos de los “requisitos”: la distancia para rodearla es poco más de un kilómetro y está ubicada en una pendiente que ofrece múltiples opciones de acceso a los sectores verdes, lo que permite subir y bajar muchas veces para que el recorrido sea menos monótono… ¡Si tuviera que dar 18 vueltas a la plaza siempre en el mismo sentido creo que podría llegar a enloquecer!
Y el resultado inesperado fue que el otro día que hubo corte de electricidad, pude subir los 7 pisos por escalera como si fueran 2 o 3…
ANA
YO CREO QUE SI UNO ESTÁ SITUADO EN SU REALIDAD, POR SUPUESTO QUE UNO SE ENTRENA.
YO POR NINGÚN MOMENTO ME COMPARO CON OTROS QUE ENTRENAN, PERO SI ME COMPARO CONMIGO MISMA Y REALMENTE HE AVANZADO AL PASO DEL TIEMPO, TENIENDO EN CUENTA MUCHAS CIRCUNSTANCIAS: EDAD, CONDICIÓN FÍSICA, ENTUSIASMO, CONTINUIDAD, SALUD EMOCIONAL RESULTADO DEL EJERCITARME, ETC.
EXPLICAME EN QUE CONSISTE EL CAMINO A SANTIAGO?
ME HE PUESTO OBJETIVOS, PUES CUANDO INICIÉ EJERCITÁNDOME NI SIQUIERA HABÍA CAMINADO DOS METROS Y YA ME ESTABA ABURRIENDO, ASÍ QUE CUANDO CUMPLÍ MI PRIMER OBJETIVO, ME FELICITÉ COMO LA CAMPEONA QUE ERA AL HABERME SUPERADO A MI MISMA.
Y ASÍ AL PASO DEL TIEMPO VOY PONIÉNDOME OBJETIVOS ADECUADOS.
TE SUGIERO PARA CAMBIAR Y ACRECENTAR TU ESTADO DE ÁNIMO SI PUEDES VAYAS A CAMINAR A UN LUGAR NATURAL CERCANO, ESO DA UNA TRANQUILIDAD ADYACENTE MUY MOTIVADORA.
FELICIDADES POR PERSEVERAR!!! Y MÁS TENIENDO EN CUENTA QUE NO LO HABÍAS HECHO POR MUCHOS AÑOS.
Gracias, Martha Eugenia! Vivo en medio de mucho «cemento» y los lugares naturales cercanos son plazas y parques como el de la foto (no muy grandes) … para todo lo demás hay que trasladarse a distancias entre 40 minutos y una hora, con lo cual sólo es posible los fines de semana.
Veamos, la diabetes sí te define; la diabetes es parte de lo que eres, al negarlo, estás creando una división entre lo que eres y la diabetes que también eres. Es decir, hay una división interna, y dónde hay división: hay violencia. El permanecer con lo que es, sin evadirse hacia lo que no se es, permanecer, sin condenar, sin querer cambiar, sin querer modificar, transformar o sublimar. Sólo permanecer con lo que es, y quedarse ahí. Ver qué es lo que ocurre.
Yo creo que la diabetes no me define. La tengo y me acompaña siempre, pero no es lo que soy. Tampoco me define mi profesión, el lugar que ocupo en mi familia (hija, hermana, esposa, madre, etc.), que viva en Buenos Aires, que mis ojos sean de color café, que me guste leer, que sea vegetariana, y tantas otras cosas… La diabetes es una parte de la persona que soy, pero no me define precisamente porque es una parte y no el todo.