Mi diabetes sabe que es domingo

La tradición ítalo-argentina de la pasta para el almuerzo del domingo es una tradición a la que siempre he adherido, aunque no corra una sola gota de sangre italiana por mis venas.

Además, las pastas me encantan. Siempre me gustaron (mucho) y siendo vegetariana habían sido la opción por default cuando salíamos a comer afuera, pero a la diabetes no le gustan tanto…

Obviamente la porción se redujo significativamente y la ensalada pasó a ser el acompañamiento o la entrada (lo que siempre me hizo acordar a las películas estadounidenses en las que siempre sirven ensalada con la pasta).

Antes de usar sistemas de monitorización continua (Dexcom primero y Enlite de Medtronic después) no tenía mucha idea del efecto de la pasta sobre mi glucemia, pero cuando el sensor se incorporó a mi vida pude observar exactamente cuándo la glucemia empezaba a elevarse y hasta donde trepaba… y empezó una gran aventura de descubrimiento en cómodas entregas semanales:

  • Probemos con más verduras… sin cambios
  • Probemos con más ensalada y menos pasta … sin cambios
  • Probemos con bolo dual… sin cambios
  • ¿Cuadrado? Tampoco
  • ¡Manual! Pongo las alarmas en el celu y voy inyectando insulina de a poquito (¡Bah! Lo mismo que hace la bomba de infusión, pero igual había que probar para estar segura porque en algún lugar siempre desconfiamos un poco de la tecnología).

A partir de cierto momento se convirtió en un desafío que me negaba a abandonar: decidí modificar una variable cada semana hasta lograr encontrar la combinación que pudiera satisfacer el paladar y mantuviera la glucemia a raya: tipo de pasta (seca, fresca, rellena), tipo de salsa (con verduras o no) y tipo de ensalada.

Pero sin cambios en los resultados llegó un punto en el que cuestioné el ratio insulina-carbohidratos… Llegué a duplicarlo y el resultado seguía siendo el mismo. Sin importar la combinación de factores, mi glucemia empezaba en valores razonables, subía a 160-180 a las dos horas, empezaba a bajar… y empezaba a subir de nuevo, aparentemente sin límite y como si no me hubiera aplicado insulina.

Y un día decidí cambiar de táctica. Durante varias semanas, el domingo al mediodía he estado comiendo ensalada … Resultado: mi glucemia se sigue disparando a partir de las 3 o 4 de la tarde.

Llegué a una extraña (¿?) conclusión: no es la pasta… ¡es porque es domingo!

 

PD: ¡Y extraño la pasta!

3 comentarios en “Mi diabetes sabe que es domingo”

  1. Me cuesta un mundo dejar la pasta y ahora después de la aparición de mi diabetes (tipo 2) me doy cuenta de su predominio en mi dieta; es tan versátil, económica y apetecible que, considero, no tiene sustitutos ¡ QUE PROBLEMA ! Agradecería algunas recomendaciones para combatirla.
    Carlos Manuel

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