Creo que es una expresión típica del Río de la Plata, pero se aplica perfectamente a lo que se siente cuando perseguimos manejar nuestra glucemia, y ni que hablar si lo que pretendemos es controlarla.
Siempre estamos algunos pasos detrás, tratando de adivinar o predecir cuál va a ser el siguiente movimiento para poder preparar posibles “respuestas”.
Como sabemos que el resultado de 2+2 rara vez es 4, no podemos estar 100% seguros de que una determinada acción va a tener un determinado resultado, aun cuando la hayamos repetido hasta el hartazgo. Las repeticiones nos sirven para tener una idea del amplio rango de respuestas que podemos obtener, y cruzamos los dedos para que no nos agarre desprevenidos o por sorpresa (cosa que suele hacer cada tanto).
Pero no podemos realmente actuar hasta observar el resultado o la dirección en que se mueve la glucemia… y obviamente terminamos corriéndola de atrás.
Recuerdo que en una de las tantas conversaciones con mi súper médico yo me quejaba de esta situación: “¡estoy harta de tener que correrla de atrás!”
Me miró muy serio, aunque creo que estaba tentado y luchando por no largarse una carcajada: “Anita, no hay otra opción. SIEMPRE la corremos de atrás. Lo importante es no dejar que nos saque mucha ventaja.”
POR DIOS SANTO ANA! (EXPRESIÓN UTILIZADA MUCHO EN MÉXICO), QUE EXACTAMENTE ESO SIENTO Y HOY MÁS ESPECÍFICAMENTE DESDE HACE 3 HORAS.
TOMARÉ LAS SABIAS PALABRAS DE TU MÉDICO Y TE INVITO A ABRAZÁNDONOS METAFÓRICAMENTE, LO HAGAMOS CADA VEZ QUE NOS ENCONTREMOS ASÍ,… Y DESPUÉS SI NOS RIAMOS!!!