Hacer un buen conteo de carbohidratos es esencial para calcular la dosis de insulina que debemos aplicarnos. También nos permite tener un poco más de flexibilidad a la hora de decidir lo que vamos a comer, especialmente si no estamos en casa.
Como todo proceso de aprendizaje, toma tiempo.
La lista de alimentos y diversidad de productos y marcas pueden parecer abrumadoras al principio y se siente un poco como haberse convertido en una calculadora con patas que suma, multiplica y divide antes de cada comida y a la hora de elegir un producto u otro cuando hacemos las compras.
En algunos productos la información nutricional es fácil de encontrar y leer, pero en otros, ya sea por su ubicación o el tamaño de la letra, hay que recurrir a los lentes y a veces hasta se necesita una lupa.
Otro aspecto que puede llevarnos a cometer errores en el cálculo: ¿es confiable la información en el rótulo del producto?
La respuesta es: no siempre.
Esto debería estar reglamentado y regulado en forma más estricta, pero muchas veces nos encontramos con productos en los que la información nutricional no coincide con el contenido real de algunas cosas (léase: carbohidratos), o en los que directamente esa información no está.
Organizando una reunión familiar y tratando de definir lo que íbamos a comer, en la sección de panes me topé con unos chips con muy buena pinta y pensé: hace mucho que no hacemos nada con este tipo de pan y son ricos… Además de mirar el precio le di vuelta al paquete buscando la información nutricional y empecé a leer buscando lo que me interesaba … carbohidratos por porción: 25,1 g… a ver la porción: 1 unidad… ¡Una unidad! ¡No sabía que un pancito chip tenía 25 g de carbohidratos! Me pareció una barbaridad, pero si eso es lo que decía el envase así debía ser …
Pensé que tal vez había leído mal y volví sobre mis pasos para chequear. Si, efectivamente eso decía. Y se me ocurrió leer la información nutricional del pan de pancho de la misma marca que estaba al lado: 25,1 g por unidad… Entonces pasé al pan de hamburguesa en el estante de arriba: 25,1 g por unidad…
Y ahí caí: ¡usaban la misma bolsa para todos los productos! Pan de hamburguesa (4 unidades por paquete), pan de pancho (8 unidades por paquete) y chips (16 unidades por paquete)… De haberle hecho caso a la información en el paquete, la dosis de insulina que me hubiera aplicado habría sido 4 veces la que necesitaba y seguramente habría terminado con una hipoglucemia cuyo origen no habría podido entender ni explicar.
¿Quién controla?